Veinticinco.

La gente pasa por las vias del escepticismo cuando de deslinde se trata. Probablemente su propia frustracion por no lograr deshacer los apegos impuestos crea una nube de espejismos, ideas clasicas, ideologias dormidas y cuestiones incomprendidas. Risas cinicas, burlas infundadas que regocijan el morbo, como si la verdad no estuviera a la luz todo el tiempo. Como si lo real fuera ya parte del sueño del que les es imposible regresar. O pesadilla?. [Ahí la verdad es relativa]

Avanzan sin caminar.
Miran sin comprender.
Viven sin existir.

Y que hago yo escribiendo estos renglones cargados de mentiras e improbabilidades, entonces?. Mentiras porque todo en ellos me cuentan la historia ficticia del mundo. Mentiras, de carcajadas estan llenos.

Pues nada. Pues todo.

Porque en el ultimo capitulo del dia, que llega precisamente en ese momento donde no importa, los sentidos se unen para obsequiarme una regalo mas. La realidad. Soy humano. Ser perceptivo al fin. Ser en metamorfosis. Ser doliente. Ser complejo.
Y el nudo atascado entre mi estomago y garganta solicitan con fervor, el deslindamiento de emociones concurridas. De mi pensamiento en seguido movimiento.

Es similar a cuando escuchas una melodia de Nina, y creen con alevosia que la melancolia te delata.

No se aprende a disfrutar aun.

Quiero seguir escuchando.